Durante los tiempos coloniales, debido a la creciente desaparición de los indígenas, el rey español Carlos V, autorizó la introducción de africanos para labores pesadas en América. Así, en 1518, en el primer buque llegaron alrededor de 200 mil esclavos procedentes de Angola, Senegal, Guinea y Congo. Los cuales fueron distribuidos entre Ecuador, Venezuela, Panamá, Perú y Colombia. De esta cantidad, solo 80 mil, ingresaron por el puerto de Cartagena, donde fueron comprados y conducidos a mercados internos. Entre los que se encontraban Popayán, Santa Fe de Antioquia, Honda, Anserma, Zaragoza y Cali.
En este contexto, los africanos fueron utilizados para los trabajos de minería, agricultura y servidumbre. Finalizando el siglo XVII, los españoles conquistaron la costa del Pacífico, convirtiéndola en una importante región receptora de esclavos.








